Ricitos de Oro

La Divertida Aventura de Ricitos de Oro y los Tres Ositos

La Divertida Aventura de Ricitos de Oro y los Tres Ositos

Ricitos de Oro entrando a la casa de los tres osos

Había una vez, en un bosque mágico lleno de árboles que contaban chistes, una familia de osos muy especial. Vivían en una casita hecha de ¡panqueques gigantes! 🥞

Papá Oso era tan grande que cuando se reía, ¡las nubes rebotaban! Mamá Osa era mediana y tenía un delantal con luces de colores. Y Osito era pequeñito, ¡pero con un apetito enorme!

Una mañana, Mamá Osa cocinó una avena mágica que cambiaba de sabor cada cucharada. Pero estaba tan caliente que decidieron ir a dar un paseo mientras se enfriaba.

Justo entonces, llegó Ricitos de Oro, una niña con el pelo tan rizado que parecían resortes dorados. Tocó la puerta musical, pero nadie contestó. Así que entró, pensando que era una casa de muestra.

En la cocina, vio tres tazas de avena flotando en el aire. Probó la grande, pero sabía a calcetines viejos. La mediana sabía a fuegos artificiales. Pero la pequeña... ¡sabía a helado de unicornio! Se la comió toda, bailando de felicidad.

Luego, fue a la sala donde había tres sillas. La grande era un trampolín, la mediana giraba como un tiovivo, y la pequeña... ¡hacía cosquillas! Ricitos se rió tanto que la silla se deshizo en un montón de plumas.

Cansada de tanta diversión, subió a la habitación. La cama grande estaba llena de globos, la mediana era de gelatina, y la pequeña... ¡contaba cuentos! Ricitos se durmió escuchando historias de dragones que hacían malabares.

Cuando los osos regresaron, notaron que alguien había estado en su casa:

Papá Oso gruñó con voz de trueno: "¡Alguien se comió mis calcetines... digo, mi avena!"

Mamá Osa exclamó con voz de campana: "¡Alguien usó mi silla como tiovivo!"

Osito chilló con voz de globo desinflándose: "¡Alguien durmió en mi cama cuentacuentos!"

El grito de Osito despertó a Ricitos, quien saltó de la cama tan alto que atravesó el techo. Cayó sobre un arcoíris y se deslizó hasta su casa, prometiendo siempre pedir permiso antes de entrar a casas de panqueque.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado... ¡hasta que los árboles cuenten otro chiste!

Índice
  1. La Divertida Aventura de Ricitos de Oro y los Tres Ositos

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