Los Tres Cerditos

La Gran Aventura de Los Tres Cerditos y el Lobo Soplón

En un pueblito mágico, donde los árboles cantaban y las flores bailaban, vivía una mamá cerdita con sus tres cerditos. Un día, mamá cerdita les dijo con una sonrisa brillante:

"Mis queridos cerditos, es hora de que vayan a construir sus propias casitas. Recuerden: el trabajo duro es la clave para cumplir sus sueños."

El cerdito menor, que era tan perezoso que hasta bostezar le daba pereza, decidió hacer una casa de paja. "¡Listo! Ahora a dormir," dijo, y se echó una siesta de 24 horas.

El cerdito del medio, que era medio dormilón, construyó una casa de palitos. Le quedó tan chueca que parecía una montaña rusa para hormigas.

La cerdita mayor, que era tan lista que hasta los búhos le pedían consejo, decidió construir una fortaleza de ladrillos. Trabajó día y noche, cantando canciones de albañil.

Pero, ¡oh, no! El lobo feroz andaba por ahí, con un hambre tan grande que podría comerse hasta una nube si pudiera alcanzarla.

Llegó a la casa de paja y gritó: "¡Cerdito, cerdito, déjame entrar o soplaré tan fuerte que tu casa volarááá!"

El cerdito menor gritó: "¡Ni en tus sueños, lobito!" Pero el lobo sopló tan fuerte que la casa salió volando como un globo de cumpleaños.

El cerdito corrió a la casa de palitos. El lobo llegó y repitió su amenaza. Sopló tan fuerte que la casa empezó a girar como un trompo loco.

Los dos cerditos corrieron a la casa de ladrillos. El lobo, ya muy enojado, sopló y sopló, pero la casa ni se movió. Estaba tan bien hecha que hasta tenía aire acondicionado.

El lobo, desesperado, decidió entrar por la chimenea. Pero la cerdita mayor, más lista que el hambre, había encendido la fogata. El lobo cayó sobre ella y salió volando por los aires con el trasero en llamas, gritando: "¡Agua, agua!"

Desde ese día, el lobo decidió hacerse vegetariano y los cerditos aprendieron que el trabajo duro siempre da sus frutos... ¡y evita quemaduras en el trasero!

"En el mundo, nada llega fácil. ¡Trabaja duro y tus sueños se harán realidad... y tu casa resistirá hasta los soplidos más feroces!"