Cuento de luis el desobediente

Luis el Desobediente

Érase una vez, en un pequeño pueblo, vivía un niño llamado Luis. Luis era conocido por ser muy desobediente. Sus padres y maestros siempre le decían lo importante que era escuchar y seguir las reglas, pero Luis prefería hacer las cosas a su manera.

Un día, su madre le pidió que no saliera a jugar antes de terminar sus tareas. Sin embargo, Luis no hizo caso y salió corriendo al bosque cercano. Mientras jugaba, se encontró con un río que parecía divertido para saltar de una orilla a otra.

Luis decidió saltar, pero en uno de esos saltos, resbaló y cayó al agua. El río tenía una corriente fuerte, y Luis, asustado, no podía salir. Afortunadamente, un pescador que pasaba por allí escuchó sus gritos y lo rescató.

El pescador, después de poner a salvo a Luis, le dijo: "Joven, deberías haber escuchado a tus padres. El bosque y el río pueden ser peligrosos si no eres cuidadoso."

Luis, empapado y asustado, agradeció al pescador y volvió a casa. Al llegar, sus padres estaban muy preocupados. Luis les contó lo sucedido y les prometió que a partir de ese momento sería más obediente.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que Luis volviera a desobedecer. Unos días después, su maestro le pidió que no se acercara a una construcción que había cerca de la escuela porque era peligrosa. Luis, curioso, no hizo caso y decidió ir a ver de qué se trataba.

Mientras estaba explorando la construcción, una tabla se soltó y casi le cae encima. Asustado, Luis se dio cuenta de lo cerca que había estado de sufrir un accidente. Corrió de vuelta a la escuela y le contó al maestro lo que había pasado.

El maestro, con voz seria pero comprensiva, le dijo: "Luis, la desobediencia no solo te pone en peligro a ti, sino que también preocupa a quienes te quieren. Las reglas están para protegernos y debemos respetarlas."

Luis, con lágrimas en los ojos, entendió finalmente la importancia de obedecer. Desde ese día, decidió escuchar y seguir las indicaciones de sus padres y maestros. Descubrió que ser obediente no solo lo mantenía seguro, sino que también hacía feliz a su familia.

Así, Luis se convirtió en un niño obediente y responsable. Aprendió que la obediencia es una forma de demostrar amor y respeto hacia los demás, y vivió felizmente sabiendo que estaba haciendo lo correcto.

— Cuento adaptado