Cuento de el agujero en la manga

El Agujero en la Manga

Érase una vez, en una pequeña aldea, vivía un niño llamado Tomás. Tomás era un niño curioso y siempre estaba jugando y explorando por el campo. Un día, mientras jugaba, se dio cuenta de que su camisa tenía un agujero en la manga. Aunque era pequeño, el agujero parecía crecer cada vez que se movía.

Tomás decidió que debía arreglar el agujero antes de que su madre se diera cuenta y se enfadara con él. Recordó que su abuela Clara era muy buena cosiendo, así que fue a verla para pedirle ayuda.

Abuela Clara, con una sonrisa, recibió a Tomás y le dijo: "No te preocupes, querido. Arreglaré ese agujero en un abrir y cerrar de ojos." Tomás se sintió aliviado y se sentó a observar cómo su abuela trabajaba.

Mientras cosía, la abuela Clara le contó a Tomás una historia. "Sabes, Tomás, un agujero en la ropa puede parecer un pequeño problema, pero si no lo arreglamos a tiempo, puede hacerse más grande y causar más problemas. Es igual con las cosas que hacemos en la vida. Si cometemos un error, es mejor arreglarlo de inmediato antes de que se convierta en algo más serio."

Tomás escuchó atentamente y comprendió la lección que su abuela le estaba enseñando. Cuando la abuela Clara terminó de coser, el agujero había desaparecido y la camisa estaba como nueva.

Tomás agradeció a su abuela y prometió cuidar mejor su ropa y arreglar cualquier problema pequeño antes de que se hiciera más grande. Desde ese día, Tomás se convirtió en un niño más cuidadoso y responsable.

La fábula de "El Agujero en la Manga" nos enseña la importancia de ser proactivos y solucionar los problemas pequeños antes de que se conviertan en grandes. Tomás aprendió que con un poco de esfuerzo y atención, podemos evitar muchos problemas y vivir más tranquilos.

Desde entonces, cada vez que veía un pequeño agujero o problema, Tomás recordaba las palabras de su abuela y se esforzaba por arreglarlo de inmediato. Vivió feliz y agradecido por la sabiduría de su querida abuela Clara.

— Cuento adaptado